Belén Viviente en Corrales

Jesús nació en Belén, una pequeña aldea paso de las caravanas que iban a Jerusalén, en pleno reinado del emperador Augusto.
Las ciudades importantes estaban rodeadas de montañas debido a su necesidad de defenderse de los pueblos vecinos con ansias de conquista. La vida en una ciudad era intensa y en ella convivían personajes muy variados: soldados romanos, mendigos, artesanos, comerciantes, tullidos... La actividad económica y urbana giraba en torno a la plaza donde se situaba un mercado, que solía ser semanal, al que acudían mercaderes con productos de la región: telas, cestos de mimbre, ollas, pescados, cítricos, frutos secos, carnes, huevos, aves, vino, frutas…
Las casas eran muy humildes, de una o dos plantas, hechas con adobe y encaladas. Constaban de establo, leñera y cobertizo. En el interior, muy sencillo, se hacía la vida familiar (se comía, se dormía, incluso se hacían algunas labores, como tejer).
El trabajo consistía fundamentalmente en desarrollar las tareas propias del campo: labrar, regar con las norias, coger las frutas, cuidar el ganado o pescar; y, cuando había mercado, en vender los productos en los puestos del mercado semanal.
Palestina por su relieve montañoso era una zona muy apropiada para la cría del ganado (sobre todo cabrío). Pero también había espacio para la agricultura, dedicada sobre todo al cultivo de la vid, naranjas, higos chumbos, almendros, dátiles, trigo y cebada. La pesca se daba fundamentalmente en el Mediterráneo y en el lago Tiberiades.
Entre los cultivos destacaban:

- Cereales: trigo, cebada, mijo y avena.

- Legumbres: garbanzos y lentejas.

- Hortalizas: cebollas, ajos, lechugas, habas, guisantes...

- Condimentos: azafrán, cominos, salvia y laurel.

- Cultivos textiles: algodón y lino.

- Flores: azucenas, nardos, rosas y lirios.
Recreación de la Palestina de la época de Jesús en el Belén histórico.
El belén histórico es aquel que reproduce fielmente la ambientación, los edificios, los personajes y la vestimenta de la época histórica en que nació Jesús. Por ello, para recrearlo, deberemos reconstruir el ambiente general del momento histórico.
Tras la introducción, hecha en los anteriores apartados, de lo que sería la Palestina de la época de Jesús desde un punto de vista geográfico, histórico y cotidiano, no nos queda más que unir todo ello y recrear de una manera lo más fidedigna posible los paisajes, las construcciones y los personajes de la época en que nació Jesús.
Palestina está formada por montañas de composición calcárea, con cuevas naturales y artificiales (abiertas por el hombre para albergar personas y animales, no hay que olvidar que el pastoreo era la ocupación fundamental), valles y pendientes que se utilizaban para cultivos.
El paisaje lo conformaban olivos, almendros, cipreses, chumberas, vides y cultivos tanto de cereales como de hortalizas y legumbres. En el suelo abundaban los matorrales. En Palestina había poca agua, pero bien aprovechada gracias a las norias.
Dentro de nuestro belén merece una mención especial el apartado dedicado a los animales y a la vegetación, citados con frecuencia en la Biblia. Tanto la fauna como la vegetación que se exponen a continuación es la que existía en aquellas latitudes.
Fauna:
Las ovejas, con las que se formaban grandes rebaños.

Las cabras, muy abundantes y muy adaptadas a lo escarpado del terreno. También eran animales domésticos pues daban leche con la que se fabricaba el queso.

Los dromedarios y los camellos, utilizados como animales de carga dada su resistencia a las largas travesías por el desierto.

Los asnos, utilizados también como animales de carga pero más apropiados para los recorridos cortos (ir al pueblo, a por agua, a por leña…)

Las gallinas, traidas de Babilonia, eran animales domésticos plenamente integrados en la vida familiar (picoteaban por toda la casa).

Los patos no eran animales domésticos, emigraban de las tierras cálidas de Egipto hacia Palestina. Estaban en estado salvaje.

Las palomas eran un animal doméstico ubicadas en palomares en las casas, se utilizaban como mensajeras.

Los zorros, lobos y serpientes también eran comunes en Palestina.

Los cerdos, vivían en grandes piaras y servían sólo para el consumo de las tropas romanas, ya que para los judíos era un animal impuro y no comían su carne.

Vegetación:
En Palestina existen también regiones orográficas y cada una de ellas tiene sus propias características climáticas; por ello, en función de la ambientación tendremos que colocar una vegetación u otra, según representemos una zona desértica, pedregosa o húmeda.
Las zonas desérticas están situadas al sudeste, son zonas escasas de agua y por tanto de vegetación, salvo en las zonas húmedas como los oasis donde abundan las palmeras.

Las zonas rocosas, pedregosas y montañosas estarían situadas a partir del Mar Muerto y, siguiendo de sur a norte, encontramos que en Judea abundan los olivos, viñedos, almendros, higueras...

En Samaría, más húmeda, abundan los bosques de pinos, encinas, carrascas, hayas y cedros. Las zonas próximas a arroyos tendrían alamos y adelfas; en Galilea, la región más septentrional, las laderas estarían aprovechadas agrícolamente.
Vivienda:
Las casas constaban de planta baja y piso (ocasionalmente) con una escalera exterior. Habían pocas ventanas y era frecuente ver en las terrazas una o varias cúpulas semiesféricas. Adosados a los muros de las casas se construían cobertizos que servían como establos, graneros, leñeras... En Jerusalén, los edificios eran más altos (uno o dos pisos) y presentaban un aspecto más acabado (templos, sinagogas, plazas, arcos, puestos de mercado…) que en pequeños centros rurales como Belén.
Indumentaria:
Los hombres del pueblo llano llevaban una túnica larga, sujeta en los lados por una cinta anudada. Encima llevaban una túnica, hasta los pies, abierta por delante. En la cabeza se ponían un cuadrado de tela (blanca, de color o rallada) sujeto a las sienes con cordoncillos. En los pies sandalias de cuero con tiras.

Las mujeres se vestían con una túnica larga rallada en blanco, marrón, beig o negro. Llevaban sobre los brazos un chal anudado en el vientre. En la cabeza un pañuelo blanco y en los pies sandalias de tiras.

Los sacerdotes del templo, políticos y los comerciantes ricos llevaban suntuosas túnicas de pura lana adornadas con bufandas, colgantes, collares...


Bibliografía:
 Asociación de Belenistas de Valencia.